La vida es demasiado bonita para que le pase tiempo.
Todos aquellos presentes con sus amaneceres y anocheceres.
Sin calendarios que importaran porque no trascendían.
Era imperecedero. Las oportunidades eran circulares, volvían.
Los días eran aliados las veinticuatro horas cada vez.
El presente ocurría con un ligero ayer que el presente lo cubría.
Parece nunca terminar sentimental presente de ayer y siguientes.
El amor está prensado, concentrado, momento a momento.
Poco más feliz es lo nuevo que la felicidad segura convivida.
Debería seguir sin fin porque es demasiado bonita la vida.
Lo bueno no tiene por qué cambiar si no necesita mejor ni peor.
El amor es un oxígeno que vive sin corriente tan sólo diálogo.
El abrazo sirve para frenar físicamente el tiempo veloz.
Un beso es poco para cerrar paso al tiempo sin abrazo.
Amar es demasiado poco para utilizar el abrazo o el beso.
Usar la vida con todo el día sin fin actualiza el presente abrazado.
Dormir sirve para conservar el tiempo, el beso, el abrazo.
El descanso, dejar respirar alrededor, madrugar o la siesta.
La vida es demasiado bonita para que le pase el tiempo.
Somos parte de vida, abrazo, beso, sin contar alegrías futuras.
Enamorarse es indefinido, indeterminado, imperecedero, bonito.
Demasiado bonito para demasiado bonita y que a la vida le pase.
10 Comentarios. Dejar nuevo
me gusta mucho este artículo
Me alegro, Carlos!
me gusta muncho el libro y esta muy interesante mis felicitaciones por el libro
Gracias, Isabel, por tus amables palabras. Me agrada conseguir ese objetivo. Besos
Simplemente bello…
El amor nace dentro, sin buscarlo. Nace junto al alma y manipula al corazón y a la mente descolocandolos y, confundiendo la forma de vida de la persona enamorada pues los sentimientos están dentro, en el pensamiento. Cuantas horas al día? Bufff… Cuando no solo es atracción… Quien sabe amar o simplemente ama y es correspondido, es feliz y condigue la magia de la plenitud.
Hola Asun! Gracias por tu bonito comentario.
Gracias a ti javier, por escrivir tan bonito!! 😉
🙂
Precioso Javier, como el amor…
Muchas gracias, por tu visita y palabras, Ana Belén.